Originariamente la vitamina C o también ácido ascórbico se conocía como factor antiescorbútico. El escorbuto es una enfermedad que afectaba a los exploradores y viajeros, que no consumían frutas ni hortalizas frescas. Hace 250 años, un 70% de los marineros que se enrolaban en largas travesías morían de escorbuto; sólo los trayectos cortos por el Mediterráneo estaban a salvo de dicha enfermedad. En 1747, James Lind realizó experimentos para demostrar que la lima prevenía el escorbuto y llevó a cabo el primer “experimento nutricional” en humanos. Aquellos que recibieron el cítrico se curaron rápidamente, pero nadie prestó atención a este experimento hasta 50 años más tarde, cuando Szent Gyorgyi y King aislaron la vitamina y demostraron su actividad antiescorbútica.
¿Qué es la Vitamina C?
La vitamina C es una conocida vitamina hidrosoluble a la que se le atribuyen múltiples efectos y aplicaciones. Su nombre químico es ácido ascórbico. La mayor parte de los mamíferos y de las plantas sintetizan vitamina C a partir de glucosa y de la galactosa, sin embargo, los seres humanos carecemos de esta capacidad. No disponemos, de una enzima implicada en la síntesis del ácido ascórbico. Debido a que el cuerpo no produce vitamina C, debemos obtenerla de la dieta. Las personas que siguen una dieta saludable rica en frutas y verduras obtienen suficiente vitamina C. La deficiencia es más probable en personas fumadoras o expuestas al tabaquismo pasivo, en personas que padecen ciertas afecciones gastrointestinales y en aquellos que tienen una dieta limitada que no incluye frutas y verduras de manera regular.
Qué beneficios tiene la vitamina C en el cuerpo:
La vitamina C siempre se asocia a mejores defensas y a la prevención de enfermedades, sin embargo, esta vitamina tiene muchas otras funciones en nuestro cuerpo que a continuación te vamos a detallar.:
Interviene en la formación de colágeno y ayuda a cicatrizar heridas, así como a mantener huesos sanos, ya que, además, favorece la absorción de calcio y protege la estructura del cartílago y el músculo que rodea a los huesos.
La vitamina C tiene una importante función antioxidante que protege a las células del efecto negativo de los radicales libres, que intervienen en el envejecimiento de las células.
El ácido ascórbico también mejora la absorción del hierro presente en los alimentos de origen vegetal. Es por eso por lo que se recomienda el consumo de alimentos ricos en vitamina C para el tratamiento de la anemia.
Contribuye al buen funcionamiento del sistema inmunitario para proteger al cuerpo contra las enfermedades, ya que la vitamina C es capaz de estimular la producción de glóbulos blancos los cuales son vitales para proteger nuestro organismo contra las infecciones.
También existiría cierta evidencia científica de que la vitamina C podría ayudar a retrasar la progresión de la degeneración macular, que consiste en un trastorno ocular relacionado con el envejecimiento, caracterizado por la pérdida de visión.
Se ha demostrado que la ingesta alta de vitamina C de los alimentos o suplementos tiene un efecto protector sobre la memoria a medida que envejecemos. Sin embargo, más estudios son necesarios para comprender los efectos en la salud del sistema nervioso.